Fue de ánimo noble y claro y limpio, ajeno a malicias, sin cautelas ni dobleces; hombre de verdad, muy confiado de sus amigos o de los que pensaba que lo eran, que fue lo que le destruyó. El Inca frecuentó la amistad del renacentista español Ambrosio de Morales, quien acusa oblicuamente la presencia casi hegemónica de Tito Livio y otros historiadores romanos al protestar que, en las historias locales, más se trataba a Roma que a la propia España. Además el compositor Julián Aguirre incorporó la danza a su repertorio. #huamachucoperu_ig #huamachuco. Recorriendo en seguida con su vista la ciudad y los campos, trazó con el pensamiento líneas imaginarias en el espacio comprendido entre Oriente y Occidente, colocando la derecha al mediodía y la izquierda al norte; en seguida designó en frente de él y todo lo lejos que pudo un punto imaginario, y cogiendo al fin el acayado, con la mano izquierda y extendiendo la derecha sobre la cabeza de Numa pronunció esta plegaria: «¡Oh Júpiter, padre de la naturaleza, si tu voluntad es que Numa, cuya cabeza toco, sea Rey de Roma, muéstramelo en señales evidentes en el eapcio que acabo de señalar!»42. Otros aseguran que estando frente a frente, los ejércitos, antes de darse la señal, avanzó Latino con lo más escogido de los suyos e invitó al jefe de los extranjeros a una conferencia. Ventura Lynch, que escribió hacia 1881, la obra que publicó parcialmente en 1883, dedica un párrafo a la huella. Pudorosamente atenúa el énfasis absolutista de sus apreciaciones y condesciende a dejar en libertad a sus lectores para que juzguen, subjetivamente, el decurso de la historia: «El que las leyere podrá cotejarlas a su gusto, que muchas hallará semejantes a las antiguas, así de la Santa Escritura como de las profanas y fábulas de la gentilidad antigua. Entre 1920 y 1950, pasa al folclore histórico siendo interpretada solamente por las academias de baile. En el Cuzco había tenido como ayo a Juan de Alcobaza y como preceptores a seis o siete maestros de latines, entre ellos el Licenciado Juan de Cuéllar, Canónigo de la Catedral del Cuzco. Un video de Cuenca Car Share, en donde usted tendrá una idea de que usted podrá disfrutar en Ecuador cuando se decide a explorar. Gomara sostiene que «porfiaban en idolatrías y vicios abominables y que, astutamente, fingían convertirse al cristianismo, pero que no enterraban a sus muertos en las iglesias sino en sus huacas, colocando bultos de paja en los ataúdes en lugar de cuerpos humanos»27. En la exhumación estética de los prestigios del pasado greco-latino que significó el Renacimiento, los historiadores romanos de la antigüedad constituyeron modelo predilecto de los historiadores españoles renacentistas. Y, como hemos destacado antes, el desarrollo urbano del Cuzco inició un temprano apogeo: «Y es así que al oriente de la ciudad, de la gente que por aquella banda atrajo, en el espacio que hay hasta el río llamada Paucartampu, mandó poblar, a una y otra banda del camino real de Antisuyu, trece pueblos, y no los nombramos por excusar prolijidad: casi todos son de la nación llamada Poques. Al poniente de la ciudad en espacio de ocho leguas de largo y nueve o diez, de ancho, mandó poblar treinta pueblos que se derraman a una mano y otra del camino real de Cunsisuyu. Faja y tirador con o sin rastra. El Inca, como se conoce, habla de dos edades, la primera en la que campeaba la behetría del politeísmo adornándose animales salvajes o domésticos, elementos de la naturaleza o yerbas, plantas y árboles; en la segunda edad, la edad de madurez del Imperio, Manco Capac inició su labor civilizadora y extrajo a los naturales de los errores del politeísmo. Cabe destacar en este punto la similitud entre la organización censal romana descrita por Tito Livio y la incaica ponderada por Garcilaso y Fernando Santillán. La presencia de Tito Livio, por cierto, no se circunscribe a estos historiadores españoles. Americano. Por tanto, Reina y hermana conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atraer esta gente, para doctrinar y hacer el bien que Nuestro Padre el Sol nos manda"»41. De mi parte he hecho lo que he podido, no habiendo podido lo que he deseado. Por esto, hoy por hoy solo se baila en espectáculos folklóricos. Por cierto, corroborando su inclinación a los paralelos con héroes romanos, Garcilaso presenta el gesto de amistad y paz de Diego de Almagro y Pedro de Alvarado cuando estaban a punto de enfrentarse en Riobamba, «como acaeció cerca de Lérida entre los soldados del muchas veces grande Julio César y de los capitanes pompeyanos Petroyo y Afranio»54. Antenor penetró a los confines del Mar Adriático, expulsó a los eugeneos y los henetos, y se estableció entre el mar y los Alpes. En otra ocasión, estando en Sevilla, don Pedro giró en círculo él mismo, alrededor de una alta torre, empleando como sostén un frágil palo; y en otro episodio, dio otro gigantesco salto sobre un pozo. Al norte de la ciudad se poblaron veinte pueblos, de cuatro apellidos que son: Mayu, Zancu, Chnchapuc-yu, Rimactampu»43. Gesto hidalgo y valeroso del hijo para desvanecer las sombras sobre la lealtad del padre2. Podría citarse de entre ellas, por ejemplo, la admiración que suscitó en los indios de Tumbes la presencia del griego Pedro de Candia, «un hombre tan grande, cubierto de pies a cabeza, con barbas en la cara». Sus orígenes, como el del Imperio Romano, se enraízan en la leyenda. Y tomando el precepto de la vitam magistrae directamente de Cicerón, evoca a Livio al acuñar esta frase sentenciosa: «Hermosa cosa, por cierto, es de los yerros que los pasados cometieron, tomar ejemplo»12. Pero, como intentaremos destacarlo, la magua obra de Livio, bien la conociera por lectura directa, bien por asimilación de historiadores españoles influenciados por el romano, está en la trama fundamental de los textos históricos del Inca. Con una personal versión para piano que difiere de la huella tradicional. Acoge también la reacción ingenua de los naturales que pusieron mucho oro y plata a los caballos para que se alimentaran y cómo los españoles les alentaban a que les llevaran más de aquel pasto a los pesebres. «Para principio y fundamento de su gobierno -testimonia Garcilaso- inventaron los Incas una ley, con la cual les pareció prevenir y atajar los males que en sus gobiernos pudiesen nacer. Multiplícanse, por aquí, por allá, las semejanzas entre el método histórico de Tito Livio y el método del Inca Garcilaso. De su pasado solo dice que había enriquecido el repertorio del gaucho federal al comienzo de su etapa. Débese especificar, por otra parte, que ninguno de los cronistas españoles contemporáneos de Garcilaso, cuyos textos glosa acordando o disintiendo, vale decir Cieza de león, López de Gomara, Zarate y el Padre Acosta, utiliza módulos matemáticos romanos para designar la contabilidad censal incaica. En buena cuenta, el Renacimiento, con el entorno a los orígenes greco-latinos, preparó la forja de la conciencia del origen unitario del hombre y sus producciones sociales, de la que es tributario el Inca. Fue la primera vez que los negros formaron una fuerza militar autónoma. Más no sería solvente fundamentar su relación estilística y temática con el historiador romano, sólo en base a ella20. ¿Podían ser bárbaros los hombres que poseían el concepto de un sólo Dios y que abominaban, además, idolatrías y sacrificios humanos? Eneas vino a ser huésped de Latino y éste, en su palacio, ante el altar de sus dioses penates, le dio a su hija por esposa, para estrechar con lazos domésticos la unión de los dos pueblos... constituyeron, pues, una ciudad y Eneas, del nombre de su esposa, la llamó Lavinia. Con la reacción típicamente renacentista de sus referentes históricos, el Inca menciona sarcásticamente al mito de Pirra y Deucalión para ensombrecer el desbarajuste de fábulas y leyendas existentes en todos los pueblos de la antigüedad36. A la huella, huella Frente a estas imágenes de un canibalismo primitivo y feroz o de una antropofagia ritual de carácter religioso, como insinúa Cieza de León, el Inca las rebate con elegancia, aunque con agudo ánimo polémico. De un lado, el hombre renacentista recupera sus orígenes, retrocediendo al pasado estéticamente prestigioso y humanista, a sabiendas que él continúa la huella de aquéllos artífices sociales y artísticos, de Homero y Platón, de Eurípides y Herodoto, de Pericles y Tito Livio. Tate ha perseverado en la búsqueda de fuentes del autor romano, detectándolo, por ejemplo, en Juan de Aragón, quien, en 1370, trabajó con una traducción en siciliano. Es igual a la coreografía que se baila en primera colocación solo que las figuras 1; 3 y 9 se realizan en cuarto. La unicidad del mundo demostraba la unicidad del hombre, sus mitos y creaciones sociales. Admiremos fragmentos de sus semblanzas de Francisco de Carbajal: «El maese de campo Francisco de Carbajal, preciándose de su soldadesca, traía casi de ordinario, en lugar de capa, un albornoz morisco de color morado, con un rapacejo y capilla, que yo se la vi muchas veces.
2020 danza la huella de los incas